José Joaquín Rojas repasa el impacto de Manolo Saiz en su carrera, en la de Luisle y en la de Contador
José Joaquín Rojas nació en una casa en la que casi nunca hubo balón. Solo se vivía por y para las bicicletas. Y es que creció viendo a su hermano Mariano competir en ciclismo. Algo que le decidió por este deporte. Cuando apenas tenía 10 años, le vio destacando en el ciclismo mundial. Había conseguido colocarse en el Top-10 de la general del Tour de 1995, y era una de las mayores promesas del ciclismo mundial.
Fue en infantiles cuando consiguió convencer a sus padres para competir. Lo hizo en la Asociación Deportiva de Algezares, conjunto con el que su hermano Mariano había conseguido una estrecha relación. De ahí saltó al equipo de Ciclos Sarabia, con el que estuvo incluso cuando este fue abosrbido por un equipo de Ontur. Un ciclista made in Murcia, que recuerda esa como la época que disfrutó más del deporte. «Conservo muchas amistades de esa época que son para toda la vida. Aunque la vida nos haya cambiado de sintonía, seguimos teniendo la misma amistad».
Tal y como pasó con Luisle, Rojas también se forjó como ciclista bajo las órdenes de Manolo Saiz. «Quizás tenga una manera de entrenar un poco peculiar, pero todo lo que salió de esa época hay que verlo. Hay que ver a Luis León, a Contador… A todos estos que han salido y han sido grandes campeones. Gracias a Manolo hemos crecido como ciclistas y como personas, y hemos llegado a ser lo que somos ahora».
En su segundo año de amateur consiguió correr sus primeras carreras profesionales. Desde entonces, ha sumado su presencia a las mejores carreras del mundo, ya sean grandes vueltas, clásicas o monumentos. Este 2022 ha sumado 68 días de competición a un gran nivel, siempre ayudando a sus líderes.
Un cambio de tesitura en el que su nuevo hogar ha jugado un papel clave. Siempre destacó por ser un corredor muy rápido, algo que le llevó a luchar por el maillot de puntos del Tour de 2011, su mejor temporada. Pero esto cambió cuando su rol pasó al de apoyar a sus compañeros. Los grandes desniveles de Andorra le han dado un papel clave en todos los grandes resultados de Movistar Team.
«El Tour es la más grande para todos. Por relevancia es la carrera más importante. El Giro es la carrera que más se vive con el corazón. Los italianos se vuelcan, allá por donde se pasa se viste de rosa. La Vuelta es la que ves pasar cerca de casa y es una carrera a la que le tengo especial cariño, porque siempre es la que más disfrutamos los españoles».
Sus momentos más especiales, ganarle a Contador su primer campeonato de España y subir al podio de los Campos Elíseos con su equipo.